La Apicultura es la base de nuestra empresa, en ella unimos tradición familiar y afición. Desde 1870 somos una familia de apicultores y hoy la tradición se mantiene viva en Apinazar.
Apinazar abrió sus puertas al público en 2013 convirtiendo nuestra mayor afición en un modo de vivir. En este proceso anteriores generaciones siguen aquí en nuestro negocio, no solo con sus creaciones, sino acompañándonos con todo su conocimiento y sabiduría en Apinazar. Entre historias sobre abejas y anécdotas del pueblo en nuestra familia se solía relatar una:
- ¿Sabéis quienes han sido las personas más longevas de Castilblanco? ¡Sí! No es casualidad, a lo largo de generaciones los apicultores han sido muy, muy longevos. Y también han aliviado muchas de las dolencias de los vecinos con sus abejas.
En nuestra tienda encontrarás dos piezas de artesanía que son nuestro tesoro:
- Una pinza y un ahumador.
Ambas piezas fueron creadas por el padre de Mª Ángeles para sus colmenas. Esbanista, apicultor… se puede decir que era un hombre del renacimiento, con gran talento y capacidad.
En Apinazar casi 200 años después nuestras características fundamentales siguen siendo:
– Respeto al medio ambiente.
– Calidad garantizada en nuestros productos.
– Conocimientos e integración Apícola en nuestra vida.
Cuando José llegó por la década de los ochenta a Castilblanco no sabía que encontraría su verdadera afición y pasión en la apicultura. Se encontró con la familia de Mª Ángeles y con un problema grave, que afectó enormemente a las colmenas que tenían en la familia. La varroasis casi acabó con las colmenas y la familia de Mª Ángeles decidió vender las pocas que quedaban a otros apicultores. Pero José ya había pasado con la familia de Mª Ángeles el tiempo suficiente, en contacto con las colmenas, las abejas y la apicultura. Su afición por la apicultura le llevó a comprar cinco colmenas y ahí comenzó su historia. Este fue el inicio que llevó a José y Mª Ángeles desde su afición a su actual modo de vida con Apinazar.
José, con su perfeccionamiento convirtió una afición en una pasión, consiguiendo hacer de la tradición familiar algo tangible como Apinazar. Ejemplo de buen hacer, constancia, perfeccionamiento y cabeza pensante del negocio, imprescindible para que esta realidad que es Apinazar sea hoy lo que es.