El polen fresco de abejas es un pequeño tesoro alimenticio del que cada vez se descubren más propiedades. Su compleja composición contiene valiosas enzimas, vitaminas y minerales que hacen de él un complemento ideal para reforzar el sistema inmunológico especialmente en épocas de cambio de estación o problemas de salud.

El polen que recolectamos los apicultores lo elaboran las propias abejas que lo transportan de las plantas al panal. Tiene una apariencia en forma de gránulos amarillos o anaranjados que puedes consumir en grano, polvo o en cápsulas en forma de suplemento, aunque nosotros recomendamos el polen fresco que mantiene intactas todas sus propiedades. Destaca por las proteínas, las hormonas y las vitaminas que contiene y que aportan numerosos beneficios a la salud del organismo.

¿Qué contiene el polen fresco?

El polen presenta una variada lista de enzimas que forman las proteínas: diastasa, amilasa, catalasa, diaforasa, dihidrogenasa láctica, pectasa, fosfatasa y sacarosa entre otras.

Por otro lado contiene vitaminas A, D, E, B1, C, K, colina y rutina, así como otras que no se han identificado todavía. Y también una completa lista de minerales y oligoelementos: sodio, potasio, magnesio, calcio, aluminio, hierro, cobre, cinc, manganeso, plomo, sílice, fósforo, cloro y azufre. La combinación de todos ellos juntos, que no se encuentra en ningún otro alimento natural o suplemento preparado, hacen de él una fórmula óptima para reconstruir toda clase de tejidos, debido a su alto valor nutritivo.

¿Deberías tomar polen fresco?

Tomar polen fresco durante cierto tiempo es muy adecuado para recuperar fuerzas después de estados convalecientes, en casos de fatiga o cansancio crónicos o semicrónicos, astenias primaverales u otoñales, debilitamientos en general, apatías y anemias, ya que aumenta la producción de hemoglobina, en pocas palabras, renueva la sangre.

Es un buen ayudante para el hígado: sus glucósidos predigeridos aumentan y facilitan la formación del glucógeno que se almacena especialmente en este órgano. Por otro lado se ha observado un efecto corrector en altos niveles de colesterol.

Se han observado buenos resultados en problemas de menstruación o trastornos de la menopausia, en procesos asociados a inflamaciones de tejidos, así como de la próstata o incluso de las vías respiratorias. Aquí incluiríamos al cerebro, y con él, un aumento de la concentración y la memoria y la motivación en general, siendo especialmente apropiado para los ancianos.

Tomado con regularidad, es un complemento excelente  para casos de depresión y ansiedad, irritabilidad y neurastenia.  Aporta energía rápidamente, y es un regenerador de primera calidad. Incluso se habla de que es capaz de restablecer algunas proteínas que se rompen debido a frecuentes exposiciones a radiaciones.

Desde la caída del cabello (el polen contiene cistina, de la que hay un 17% en el cabello), hasta el reumatismo y la artritis, y prevenir la gripe, actuando como barrera inhibidora de ciertos gérmenes, podemos decir de él que es un remedio bastante universal, eso sí, tomado con constancia. No se trata de ningún producto milagroso ni cura nada de repente, sino más bien de una aportación extra para el cuidado de la salud, casi a modo de higiene.

¿Qué beneficios aporta a tu salud el polen fresco?

1. REGULA LOS PROCESOS DIGESTIVOS

Sus propiedades antiinflamatorias y antibactarianas combaten las diarreas y el estreñimiento. Además reducen el dolor y las molestias que causan estos problemas al mismo tiempo que rebajan la hinchazón. El consumo de polen también está indicado en el caso de sufrir problemas hepáticos.

2. MEJORA LA VISIÓN

El zinc y la vitamina C que contiene se encargan de prevenir la oxidación celular que afecta a los ojos con el paso del tiempo, y de prevenir la falta de visión y otros problemas oculares, como son la degeneración macular, las cataratas y otras enfermedades.

3. ESTIMULA EL ESTADO ANÍMICO

El polen de abeja calma los episodios de estrés, ansiedad, nerviosismo y depresión haciendo que nuestro estado de ánimo se mantenga en calma y lejos de la irritabilidad y la tristeza que pueden causar estos cuadros. Además, estimula la mente mejorando nuestra capacidad intelectual.

4. ALIMENTO ENERGIZANTE

La ingesta de polen incrementa los niveles de energía necesarios para el día a día, de manera que elimina la fatiga, baja la tensión arterial y fomenta la capacidad de trabajo haciendo que nos cansemos menos. Es ideal para recuperar la vitalidad de forma natural.

5. ES UN COSMÉTICO NATURAL

Tiene funciones dermatológicas que mejoran la apariencia de la piel: desde la disminución de las arrugas o la reducción del acné, hasta combatir el exceso de grasa y la flacidez. Aunque su consumo favorece una acción interna, algunos cosméticos lo contienen como ingrediente para complementar su efecto. También está indicado en las personas que padecen psoriasis, eccemas o lupus.

¿Cómo tomar el polen fresco?

Las tomas pueden ir desde media cucharadita para los niños, a partir del año, hasta tres cucharaditas o una sopera para adultos durante el día, mejor fuera de las comidas, solas o bien ingeridas con alimentos que también contengan enzimas y nutrientes vivos, como yogurt o zumo de frutas recién exprimidos.

Si lo dejamos actuar lejos de las digestiones, se aprovechará mejor, ya que estas requieren mayor aflujo de sangre y actividad en el estómago, y no quedará diluido entre los jugos gástricos.

Como es rico en hidratos de carbono, es preferible tomarlo por las mañanas, para que tengamos todo el día para “quemar” la energía que nos proporciona. Muy importante: consumido a estas horas reduce la apetencia de los dulces durante el resto del día.  

Tengamos en cuenta también observar la alimentación esas semanas, y no tomar demasiadas grasas o azúcares que podrían entorpecer la labor de este preciado suplemento.

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